Friday, June 10, 2011

Mi hermano el hobbit.

Mi hermano empezó a ser nombrado como "hobbit" cuando salió la película de el Señor de los Anillos, supongo que por lo chaparro. Él y sus amigos lo consideraban una especie de ofensa, supongo. La verdad es que yo también. Y aparte suena muy gracioso, ha, hobbit. Si lo lees al revés dice "tibboh", aún más gracioso. El punto es que, yo creí que los hobbits eran... pues, cositas peludas, casi casi como los ositos de Star Wars (también llamados Ewoks, pero eso jamás lo dicen en las películas), rechonchitos y pequeñitos (igual que los ositos).

Hace un par de días finalmente supe lo que era un hobbit. Una raza muy peculiar, lindos y amables mientras no se les amenace. ¡Lo que es más genial de ellos es que comen hasta seis veces al día! ¡Seis! Qué genial, qué envidia. No sé a donde voy con esto, pero les digo, estoy segura que mi hermano está lejos de ser un hobbit, si acaso, solo podría ser Sméagol.

Tampoco llegué a pensar que alguna vez podría leer El Señor de los Anillos, siempre pensé que era algo muy pesado. Acabo de empezar a leerlo, acabo de terminar el segundo capítulo, apenas, pero para mí es un gran logro. Ha de ser porque intenté leerlo entre el 2001-2002 y no pude ni llegar a la segunda página del prólogo, shame on me.

Oh Thor, tengo cinco luces prendidas y solo estoy utilizando una, shame on me once again. Dejé prendidas dos, la que estoy usando y otra para que no quede tan oscuro. #porsiteníanelpendiente

Anyways, leer The Hobbit fue como salir de viaje, algo que quería desde hace rato, y sin tener que salir de casa. Fue un viaje muy largo y a la vez muy muy muy muy corto. Esperemos que el de Frodo y compañía dure un poco más.

Ahorita me espera un capítulo de Game of Thrones.